viernes, 31 de agosto de 2012

Pan blanco con copos de avena y pipas


Y colorín, colorado..... lo bueno se ha acabado. ¡Y volveremos a la rutina con una gran sonrisa! Las reservas vuelven a estar repletas, los músculos destensados, la cabeza fría y los engranajes engrasados. Así que... estamos preparados.
Nuestra cocina también vuelve a estar en funcionamiento y lo primero que hemos preparado es un buen pan para los últimos desayunos en casa antes de la vuelta al trabajo. Éste es de masa fina y blanca pero le hemos añadido un par de ingredientes que se nos han antojado.
Como aún nos acompaña el calor la que ha amasado es la panificadora pero también os vamos a poner el paso a paso manual, para que podáis hacerlo en casa.




Los INGREDIENTES para un pan de unos 600-700 gr. son:
500 gr. de harina de fuerza o panificable,
360 cc. de agua templada,
10 gr. de sal,
25 gr. de mantequilla sin sal en pomada,
10 gr. de levadura fresca,
1 puñado de pipas de girasol peladas y saladas,
1 puñado de copos de avena.

PREPARACIÓN:
En un recipiente amplio diluimos la levadura con parte del agua, después añadimos el resto. Luego  agregamos la harina y comenzamos a amasar hasta que podamos formar una bolita.



En esta pelotita hacemos un volcán y en él colocamos la sal y la mantequilla, continuamos amasando. Sacamos la masa del recipiente y seguimos sobre una superficie uniforme, limpia y enharinada. Al cabo de unos minutos tendremos una masa elástica y brillante. Si estuviera pegajosa añadiremos poco a poco pellizcos de harina hasta que no lo esté.
Ahora agregamos las pipas y la mitad de la avena, mezclamos todo hasta que estén repartidas por toda la masa. Después dejamos levar durante 30 minutos dentro del recipiente, en un lugar templado y cubierto por un paño. Si la colocáis dentro del horno a 50º levará más rápido.


Pasado el tiempo volvemos a amasar durante unos minutos, damos la forma deseada y dejaremos reposar otra vez, en esta ocasión una hora completa. Cuando falten 15 minutos precalentamos el horno a 250º con un vaso de agua dentro, que lo llenará de vapor.
Metemos el pan, poniendo por encima los copos de avena que no habíamos utilizado y bajamos la temperatura a 230º. La pieza tardará uno 30-40 minutos en estar cocido pero como cada horno es un mundo lo mejor es que probéis dando golpecitos sobre la corteza hasta que suene hueco.


Si tenéis panificadora sólo tenéis que diluir la levadura en el total del agua templada, echarlo en la cubeta, añadir la harina junto al resto de ingredientes (reservando una parte de los copos de avena), seleccionar el programa 1, el peso del pan, el tipo de dorado deseado y listo. Tras el último amasado disponemos la avena por encima para no abrir la cubeta durante el horneado.


Nosotros en cuanto ha terminado la pani hemos cortado un par de rebanadas muy gruesas, hemos hecho bastones y los hemos mojado en un buen aceite de oliva virgen que hemos aromatizado con romero de nuestro jardín y sal gorda. Esto está fan-tás-ti-co.



viernes, 17 de agosto de 2012

El lazo de mi recuerdo

Creo que todos cuando hemos sido niños hemos heredado juguetes, libros y ropa de nuestros hermanos o primos mayores. Pues tengo en mi memoria el recuerdo de una camiseta que heredé de una prima que me encantaba, era amarilla y tenía pintado un lazo grande de color azul marino en el hombro que caía hacia delante y hacia atrás. ¡Qué pena cuando ya no me la pude poner más!
Por eso he decidido pintar yo una camiseta de la misma forma, con un lazo que rememore a aquél que tuve y poder disfrutar de él otra vez :)
Para eso fui a una tienda especializada a comprar pinturas para telas, me informé de cómo usarlas y preparé una especie de taller clandestino en casa. Empecé fijando la camiseta elegida (en este caso una de color beig) a un cartón con ayuda de unas pinzas de la ropa y con un lápiz fui dibujando el lazo sobre una de las mangas.


Preparé un par de pinceles, uno muy fino para delinear y otro plano tipo paletina para el relleno, un recipiente con agua y la pintura de color negro.


Con esmero he ido pintando mi lazo en la parte trasera de la camiseta, procurando crear un poco de volumen en él. He empezado por detrás por si metía la pata que no se notara tanto después... jijijiji.


Al terminar he esperado a que se seque sobre el cartón para que la pintura no traspase y después poder dar la vuelta y seguir por la temida parte delantera. Cuando ambas estén finalizadas y secas colocaremos un trapo de paño encima y pasaremos la plancha para que el calor fije la pintura a la tela y así no se deteriore con los lavados.


¡Eureka! En apenas unas horas mi camiseta está terminada y planchada. Os enseño el derecho, el revés y el lazo completo para que veáis el efecto final.


Aviso que esta manualidad, como todas, es muy terapeútica porque mantiene ocupada la mente en una actividad que se aleja de la labor profesional que invade nuestra rutina y tiene además una ventaja extra: transformar una camiseta básica de apenas 5 euros en una prenda muy personalizada.


Es pero que, si queréis intentarlo, os sirvan las fotos del paso a paso. ¡Animaos!



lunes, 6 de agosto de 2012

Lo mejor


Esto es lo mejor de las vacaciones y también del resto del año. Y no me refiero a la lectura, por más que me guste leer. Entre todas las palabras del texto hay una que destaca para mí. ¿Será la misma para vosotros?


jueves, 2 de agosto de 2012

Arena, agua y sol


¡Cuántas ganas de que llegara este día!