domingo, 27 de mayo de 2012

Rollitos de pollo con salsa de PX


Nos gusta mucho la carne de pollo y cuando probamos recetas nuevas siempre lo escogemos en filetes porque aceptan muy bien cualquier tipo de salsa. Esta receta no es muy original pero teníamos muchas ganas de probarla porque se oye mucho hablar de ella.

Para 4 personas hemos utilizado estos INGREDIENTES:
1/2 kg. de contramuslos de pollo deshuesados y fileteados,
4 lonchas de jamón cocido,
4 lonchas de queso,
1 vaso de vino dulce tipo Pedro Ximénez,
3 cucharadas de nata líquida,
1 cucharada de zumo de naranja,
1 puñadito de piñones.


Para 4 personas hemos utilizado estos INGREDIENTES:
1/2 kg. de contramuslos de pollo deshuesados y fileteados,
4 lonchas de jamón cocido,
4 lonchas de queso,
1 vaso de vino dulce tipo Pedro Ximénez,
3 cucharadas de nata líquida,
1 cucharada de zumo de naranja,
1 puñadito de piñones.

PREPARACIÓN:
Comenzamos elaborando los rollitos de carne para lo que extendemos sobre una superficie limpia dos filetes de pollo uniformes y planos, montando uno sobre otro un par de centímetros. Salpimentamos y, sobre ellos, colocamos una loncha de jamón cocido y otra de queso, y con cuidado los enrollamos sobre sí mismos, atándolos bien con hilo de cocina.
De esta forma elaboramos tantos rollitos como necesitemos y los ponemos en una sartén con un chorrito de aceite a fuego medio para que se vayan dorando. Mientras, en un cazo echamos el vino y llevamos a ebullición, dejamos que se reduzca a la mitad durante unos 10-15 minutos.


Los rollitos los vamos girando y, cuando estén dorados por todas sus caras, bajamos el fuego al mínimo y tapamos para que terminen de hacerse por dentro. A la salsa le añadimos el zumo de naranja y la nata y dejamos reducir otros minutitos más. En una sartén aparte tostaremos un poco los piñones y ya podremos emplatar.
Con una brocha de silicona "manchamos" el plato con salsa y sobre ella disponemos los rollitos hechos filetes de unos 3 cm. Por encima ponemos unos cuantos piñones y volcamos más salsa sobre ellos para que estén más jugosos.
¡Mojar pan en esta salsa se ha convertido en adicción!



¿Sólo un paseo?


Pasear por las tierras que mis tatarabuelos, bisabuelos y mi propio abuelo han labrado con sus manos me hace pensar en lo mucho que el campo ha dado a mi familia y a mí misma. El campo a mí me da energía y a ellos se la quitaba a golpe de azadón cuando los tractores aún estaban por venir.


Todos hemos visto trigo al ir por la carretera con el coche, y todo sabemos que de él se hace la harina. Pero no sabemos que cada espiga tiene que dar unos 35 granos y que cada uno debe tener un tamaño mayor que un grano de arroz. Estas son las cosas que yo aprendo cuando, en cualquier momento del día, paseamos con mi abuelo por el campo.


Además él va contando multitud de historietas amenas de cuando era joven y los olivos que no se querían se tenían que cortar uno a uno, y se transportaban sobre un mulo después de haberlos serrado a mano. Y también habla de cuando yo era pequeña y nos llevaba en el remolque a mi hermano y a mí mientras nos revolcábamos en el trigo recién segado.


En el campo las cosas no son como en la ciudad. Allí no se vive mirando a lo que tiene el de al lado sino a lo que cae del cielo, no hay despertador pero se trabajan los siete días de la semana, y un poste clavado en la tierra delimita un terreno como si fuera un vallado electrificado.


viernes, 25 de mayo de 2012

Pastel Cebra


¡Hey! Parecía fácil la receta de Whole Kitchen de este mes pero de eso ni hablar. La propuesta dulce para el mes de mayo era el Pastel Cebra, un dulce muy de moda últimamente y cuya peculiaridad no está en los ingredientes, ni en el molde, ni en la cocción... Lo que lo distingue es la manera en que la masa se dispone en el recipiente, alternando masa de bizcocho con masa con sabor chocolate, lo que provocará que el resultado quede a rayas. ¡Igualito que una cebra si es que te sale bien!


Confieso que nos ha costado más trabajo de lo que pensábamos y que, cuando terminó de hornearse nos quedamos mirando el pastel por fuera un poco temerosos de que por dentro todo se hubiera ido al traste. Me preguntó Tano:
_¿Tú que crees? Visto así no se aprecian rayas, ¿no?
_Pues la verdad es que no. ¿Cómo estará por dentro?
_No sé pero a ver si en vez de una cebra va a terminar siendo un guepardo, todo a manchas.


Seguíamos mirándola mientras se enfriaba, nos acercábamos más y analizábamos la superficie. Y todo porque éramos un par de inseguros impacientes por pillar el cuchillo y darle el primer corte. Le pregunto:
_Y si no ha salido bien, ¿qué hacemos? ¿Lo colgamos en el blog o no?
_¡Y por qué no! Seguro que habrá quien se solidarice con nuestro guepardo.
_Bueno vale, pero no si no sale bien esta vez probaremos de nuevo que ya me he picado con esta tarta.
Y aquí está nuestra cebra-guepardo, no ha quedado ideal pero algunas capas llegan a apreciarse. Tras analizar un poco lo que ha podido pasar nos decantamos por la posibilidad de que hayamos puesto exceso de cacao y que eso haya aumentado demasiado la densidad de las capas de chocolate. Por eso se han ido hacia abajo dejando en la parte superior el bizcocho de vainilla. ¿Estáis de acuerdo?


Eso sí, buena estaba un rato y nos comimos la cebra con sus rayas raras y todo. Los INGREDIENTES que utilizamos para un molde circular de medidas estándar son:
3 huevos XL,
150 gr. de azúcar,
30 gr. de azúcar vainillada,
250 gr. de harina,
1 sobre de levadura,
6 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar (poned dos menos para que no salga guepardo sino cebra)
200 ml. de nata líquida,
70 ml. de aceite de girasol suave,
unas gotas de esencia de vainilla,
1 pizca de sal fina,
azúcar glas para decorar.


PREPARACIÓN:
En un cuenco grande se baten con varillas eléctricas o con el brazo de Superman los huevos con el azúcar hasta que queden cremosos. Añadimos los ingredientes húmedos, aceite y nata, y batimos hasta que se integren. Después agregamos la harina, la levadura y el poquito de sal, continuamos batiendo hasta que la mezcla no tenga grumos.
Es el momento de separar la masa en dos partes iguales y, a una de ellas añadir el cacao y a la otra la esencia de vainilla. Batimos bien ambas para que se integren los sabores en cada mezcla.
Engrasamos entonces el molde con un poco de aceite vegetal y colocamos en el fondo papel sulfurizado y así luego podremos desmoldar nuestro pastel con facilidad. Con ayuda de dos cucharas soperas afrontamos el momento decisivo. ¿Listos?


En el centro del molde ponemos 2 cucharadas de masa de vainilla, movemos un pelín el molde para que se esparza suavemente y pasamos a poner 2 cucharadas de la masa de cacao en el centro de la anterior. Movemos otra vez con suavidad el molde y disponemos otras 2 cucharadas de masa de vainilla en el centro de la masa de cacao, continuamos haciéndolo de esta forma y vamos intercalando un par de cucharadas de cada masa hasta que ambas se terminen.
Por último horneamos el pastel a 180º unos 35 ó 40 minutos, esperamos algunos más para que se temple, desmoldamos y esperamos de nuevo a que se enfríe completamente sobre una rejilla.
¡Ya sólo os quedará cortarlo para comprobar qué tipo de animal de la sabana es al que más se parece! :-)



jueves, 24 de mayo de 2012

Un Mary Pickford para desconectar


Hace ya unos años que descubrimos los cócteles y todo lo que les rodea. El ritual de preparar los ingredientes, las copas y nuestro rincón preferido del jardín para saborearlos. Tano se ha ido haciendo un experto en elaborar estos pequeños placeres líquidos que yo, con muuuuuucho esfuerzo, tengo que ir probando ;-)
De todos los que ha preparado, y han sido muchos, el que más me gusta con diferencia es éste. Lo descubrimos hace unos cuantos veranos y al probar el primer sorbo siempre me teletransporta a momentos de relax y calma, cálidos y sosegados, románticos y dulces.
Tengo suerte de tener a todo un coctelero en casa que los tiene listos en un santiamén y que disfruta tanto de la bebida como de las sensaciones que evoca igual que yo.


El cóctel se llama Mary Pickford en honor de la célebre actriz de cine mudo de principios de siglo pasado que cautivó a todo EEUU con sus películas y su encanto. No se sabe a ciencia cierta el origen de la receta pero se comenta que se concibió en Cuba en la época en que a Mary se le denominaba "novia de América".
Los INGREDIENTES para una copa son:
1/2 medida de ron blanco cubano,
1/2 medida de zumo de piña natural,
2 golpes de granadina,
1 chorro de marrasquino (si no tenéis no pasa nada, saldrá buenísimo de todas formas),
3 cubitos de hielo picados,
Para decorar:
2 cucharadas de azúcar,
2 cucharadas de granadina,
un trozo de piña.


PREPARACIÓN:
Empezaremos por escarchar la copa para lo que hundiremos los bordes de la misma en un plato con un par de cucharadas de granadina, después los pasamos por azúcar blanca que se quedará adherida al cristal.
En una coctelera se disponen todos los ingredientes, se agita con energía y se sirve inmediatamente.
Para decorarla podemos insertar un trozo de piña en el borde o traspasarlo con un pinchito y colocarlo sobre la copa.
Advertencia: esto está requeterrico y tiene mucho peligro. Si necesitáis unos momentos de evasión y de dejar volar vuestra mente a lugares maravillosos no podéis dejar de probarlo.

¡Un brindis por mi coctelero personal!


domingo, 20 de mayo de 2012

Pequeñas tartas de almendra


¿Cómo hacen para filetear las almendras y que no se rompan? Hoy he estado un buen rato mirándolas con detalle y me he acordado del programa de la cadena Discovery Max que se llama "Así se hace". Ya hemos visto hacer las bolsas de plástico de los supermercados, bates de beísbol, porcelana y algunas cosas más.
He pensado que podría estar bien que hicieran un capítulo para las almendras fileteadas.


Hoy hemos preparado estas tartitas de almendra para merendar, han salido ricas pero poco excitantes. Para mejorarlas podéis añadir cualquier cosa porque es un bizcocho base estupendo que admite multitud de ingredientes: frutas, gotas de chocolate, mermelada...


Los INGREDIENTES usados para dos personas han sido:
1 huevo XL,
40 gr. de azúcar,
20 gr. de azúcar moreno,
50 gr. de harina,
30 gr. de almendras molidas,
unas gotas de esencia de almendras,
1 cucharada de levadura,
70 ml. de nata para montar,
25 ml. de aceite de girasol,
1 puñadito de almendras fileteadas,
1 cucharada de azúcar para espolvorear,
una pizca de canela (opcional).

PREPARACIÓN:
Batimos el huevo con los dos tipos de azúcar con ayuda de las varillas eléctricas hasta que se forma una crema. Añadimos entonces el aceite y la nata y continuamos batiendo.
Después agregamos la harina, las almendras molidas y la levadura y continuamos batiendo hasta que todo se unifique.
Y por último echamos la esencia de almendras y la canela, giramos con una espátula y precalentamos el horno.



Engrasamos bien con una brocha de silicona un par de recipientes refractarios (hemos utilizado los que tenemos para hacer natillas) con aceite de girasol. Disponemos en ellos la mezcla y espolvoreamos por encima con azúcar para que se forme una costra dulce en la superficie.
Horneamos a 180º unos 10 minutos pero cuando falten dos colocamos algunas almendras fileteadas sobre ambos bizcochitos y seguimos esperando.
Cuando estén listos les pedimos a nuestras papilas gustativas que aguanten un poco para que se enfríen las tartitas y ¡a la mesa!


sábado, 19 de mayo de 2012

"El tiempo entre costuras"


Hacía tiempo que no hablaba de una novela. En los últimos meses todo lo que he leído ha estado relacionado con el trabajo por unos cursos que he estado haciendo y que no me han dejado tiempo para leer por placer.
Sin embargo la semana pasada me topé con unos días más relajados y, en mis trayectos diarios de tren hacia el trabajo, he ido empapándome de este libro, "El tiempo entre costuras".
Trata de una mujer joven, modista de profesión, que deja Madrid siguiendo a un hombre a quien no conocía apenas y con el que llega a instalarse en Tánger. Allí viven unos apasionados meses juntos pero todo acaba con una doble traición por parte de él.
Ella, Sira, debe arrancar con una vida nueva en la que únicamente hay soledad y pobreza. Se instala en el Tetuán de la época y encuentra amigos que no esperaba y que le ayudarán a salir adelante, no siempre utilizando tretas legales. Su destino irá ligado a personajes peculiares y de distinta naturaleza que la empujarán a un destino que ella no hubiera imaginado nunca.
Esta aventura ha conseguido que las idas y venidas al trabajo se me pasaran volando, a veces no quería que llegara mi parada para poder leer unas páginas más. ¿Eso es mucho decir de un libro, no os parece?
Muestra retazos de la sociedad de la posguerra y detalla la vida en la capital del Protectorado Español en Marruecos. Para los que no experimentamos aquellos años enseña algo más sobre lo que experimentó nuestro país durante la época colonial.
María Dueñas, con un ritmo ágil, una trama creíble y un aroma exótico ha conseguido que ya esté esperando su próximo libro.
Aconsejo su lectura, a ser posible tumbados en una hamaca junto al mar este verano, bajo una sombrilla que os dé fresco, una bebida bien fría y buena compañía. Aún os gustará más que a mí si seguís las indicaciones. ¡Seguro!


Nuevos retos


Son muchas cosas las que nos estamos proponiendo para el verano, en algunas semanas empezamos con la jornada intensiva y eso de no trabajar por las tardes deja tiempo libre. Por eso queremos aprovechar para hacer arreglitos en casa nosotros mismos, reparar unos muebles antiguos para volverlos a usarlos y yo, personalmente, me he propuesto un par de retos.
El primero es aprender a coser a máquina, me hace mucha ilusión hacer mis propias cortinas, manteles, fundas de almohada y también arreglar nuestra ropa. Recuerdo de pequeña a mi bisabuela con su máquina Singer de pedal pasando las tardes bajo la ventana del patio, el traqueteo me relajaba y me encantaba sentarme en una silla a su lado mientras ella cosía.
El segundo es el de aprender a hacer complementos de bisutería, así podré personalizar regalos, darles un toque extra de cariño y además.... ¡Hacerme mis propios complementos! Jejejeje...
Este llavero es un regalo de cumpleaños y lo entregaré mañana, ¿le gustará?


Os contaré qué tal ha ido y quizás vaya enseñando alguna cosilla más :)


sábado, 5 de mayo de 2012

Bombones hechos en casa para una supermamá


Estamos en ese día del año que dicen es el de las madres, ¡cómo si sólo se merecieran uno! Hoy, con permiso de la madre de Tano, voy a dedicar la entrada y estos bombones a la mía. En la foto que he colocado sobre la mesa podéis verla junto a mi hermano y yo cuando apenas éramos un par de pitufos. Me encanta esta foto, ella está como siempre, colocada justo detrás nuestra abrazándonos y atenta a cada paso que damos para que no nos pase nada. Hoy día sigue siendo así.
No hay una fecha importante en mi vida que ella haya olvidado, ni uno de mis cumpleaños que no recuerde, ni un minuto del día que nací que no rememore, ni un lunar de los que tengo y ella no haya contado.


No sé ni por dónde empezar a describirla porque es alguien que, aunque parezca una mujer como tantas, cuando compartes con ella algo de tiempo ya no la olvidas.
Tiene el corazón más sincero, honrado y dedicado que conozco, y ha conseguido que sus hijos tengan los mismos principios de honorabilidad que ella. Menudo trabajito le ha costado :-) En mi casa jamás se ha tolerado la pereza, la codicia, la envidia y, sobre todo y especialmente, nunca jamás de los jamases se ha soportado la mentira.


Por todo lo que ella nos ha dado, hoy como otros días del año, quería tenerle un detalle y pensé... ¿Qué puedo preparar que a ella le guste? A ver..... Isa piensa.... ¿Una tarta?... No, no le gustan.... ¿Salado?... Sea lo que sea ella lo sabrá hacer más rico..... Algo que sea un capricho.... ¡Chocolate!... ¿Pero qué hago de chocolate?.... Sólo le gusta el negro.... El muy negro.... ¿Y si hago bombones?.... ¿Bombones?... ¡¡Pero si yo nunca he hecho bombones!!.... ¡Puedo probar y así estrenar los moldes Silikomart que me trajeron los Reyes Magos!
Y señoras y señores, aquí están mis primeros bomboncitos para regalar en honor a una madre de las que merecen una Matrícula de Honor en mayúsculas, a una licenciada en maternidad.
¡Felicidades mami! ¡Y felicidades también a la de Tano! ¡Y a todas las que lean esto!


Como soy una total principiante y nunca he temperado chocolate he escogido de momento una receta fácil que me asegurara el éxito. Prometo ir probando otras más complejas y contaros los detalles por si os apetece intentarlo. Los INGREDIENTES que he utilizado para 30 unidades son:
1 tableta de chocolate 85% de cacao,
1 tableta de chocolate 72% de cacao,
unas avellanas americanas machacadas,
1 cucharada de crocanti de almendras,
unas gotas de esencia de vainilla.

PREPARACIÓN:
Comenzamos a trabajar con la tableta de chocolate 85%, para lo que ponemos al baño maría 2/3 partes de la misma y, cuando esté muy caliente lo apartamos y añadimos el resto. Removemos para que se derrite con el calor residual por lo que ya habremos bajado la temperatura del conjunto y quedará más brillante. Ahora  disponemos la mitad con esmero en las oquedades del molde de silicona, el cual colocaremos sobre una tabla para cortar alimentos o sobre una bandeja de horno. A la otra mitad añadimos las avellanas machacaditas, removemos para que se repartan por todo el chocolate y repartimos la mezcla en los moldes.
Continuamos con la otra tableta de chocolate, derritiéndola de igual modo y a la que agregaremos unas gotas de vainilla. Lo disponemos en los moldes y, por encima, espolvoreamos el crocanti que debido a la densidad del chocolate no se hundirá.
Una vez los moldes estén rellenos golpeamos la tabla o bandeja sobre la que los colocamos al principio contra la encimera de la cocina, así los bombones quedarán sin burbujas en el interior, ¡las veréis subir y estallar al llegar a la superficie!


Tapamos con un recipiente vuelto del revés y refrigeramos en la nevera, de esta forma el chocolate no tomará los olores de otros alimentos que haya dentro. Cuando el chocolate haya endurecido podremos desmoldar nuestros bombones y paladearlos. Es importante que los guardemos en un recipiente hermético mientras llega el momento de consumirlos.
Ha sido tan fácil y han quedado tan ricos que ya me han entrado ganas de probar a hacerlos de mil formas y con diferentes chocolates. Con leche, blanco, con distintos sabores, y podría probar  a hacerlos de licor, y a añadirle pasas, o fruta... ¡Aaaaaaaaaaahhhhhh! ¡Esto es la obsesión bombonera! :-)


martes, 1 de mayo de 2012

¡Pasta fresca casera!


¡Jajajajajaja! ¡Tengo ganas de reír! ¡Y de saltar de alegría! ¡Por fin hemos hecho pasta fresca! Y está tan rica que me parece mentira que la hayamos hecho con nuestras manos.
Hasta hoy son muchas las veces que había leído en otros blogs que hacer pasta en casa no era difícil y que tan sólo era necesario un poco de paciencia. En cambio a mí se me antojaba muy complejo y además en caso de hacerla íbamos a tener que cortarla a cuchillo porque no teníamos la máquina.


Pero el domingo pasado cambió nuestra vida porque... ¡La madre de Tano nos ha regalado una! En las fotos lo veis a él y a nuestra nueva amiga en plena acción y es que no podíamos esperar para usarla. Como hoy no había que ir a trabajar hemos podido estrenarla ¡y qué maravilla!
Mirad qué color amarillo tiene por los huevos de corral, y cómo cae... Es suave y ligera, fresca y deformable, como plastilina.


Si queremos pasta para unas 4 personas los INGREDIENTES son:
250 gr. de harina de trigo ecológica (la compramos en una herboristería),
3 huevos pequeños de corral,
1 cucharada de aceite de oliva virgen,
una pizca de sal fina.


PREPARACIÓN:
En una superficie limpia y enharinada colocamos la harina en forma de volcán y disponemos en el hueco los huevos, el aceite y la sal. Amasamos hasta que nos quede una masa uniforme y elástica, hacemos una bola y dejamos reposar en un cuenco amplio tapado con papel transparente de cocina unos 15-20 minutos.


Pasado ese tiempo y también sobre una superficie espolvoreada de harina, pasamos el rodillo hasta que quede con un grosor de medio centímetro aproximadamente. Pasamos entonces la masa por el rodillo de la máquina con la rosca posicionada en el nº 5, que es el de mayor grosor.
Al terminar cortamos la masa en dos al ancho, y la volvemos a pasar por el rodillo aplanador con la rosca en el nº 4. Más tarde realizamos la misma operación y pasamos ambos trozos de masa por el rodillo colocado en el nº3, en el nº 2 y, por último, en el nº 1. De esta manera quedarán dos masas estrechas, largas y muuuuuy finas.
Entre unas pasadas y otras es importante que vayamos enharinando tanto la superficie como la masa en sí, así no se pegará al plegarla y cortarla.


Luego sujetamos las láminas de pasta mientras las pasamos por el rodillo de los fettuccine (lo veis en la foto superior) a través del que saldrá hecha tiras idénticas y paralelas. ¡Y el milagro habrá tenido lugar! Nuestra bola de masa se habrá transformado en unos fettuccine maravillosos, magníficos, espectaculares, larguísimos e inigualables. Serán "vuestros" fettuccine.
Enharinándolos un pelín ya estarán preparados para ser hervidos e inmersos en cualquier estupenda salsa. 


Hoy merecía la pena hacer un "sugo" también casero que fuera el acompañamiento ideal de nuestra pasta. Así que hemos preparado una salsa con setas para la que hemos utilizado estos INGREDIENTES:
2 dientes de ajo,
100 gr. de setas variadas,
1 buen chorrito de vino dulce de Jerez,
sal,
aceite de oliva,
una pizca de pimienta cayena molida,
una pizca de pimienta rosa recién molida,
4-5 hojas de perejil fresco picado,
queso parmesano rayado.


PREPARACIÓN:
En una sartén doramos a fuego medio los dos dientes de ajo bien picados y luego añadimos las setas enteras y la sal. Pasados un par de minutos echamos el vino y esperamos que el alcohol se evapore mientras en una olla grande ponemos abundante agua a hervir con un poco de sal y una cucharadita de aceite.


Cuando el agua comience a hervir echamos la pasta y la dejamos no más de 2-3 minutos, es pasta fresca y estará lista antes que la seca. Y en la sartén, a las setas les añadiremos la sal, la cayena y la pimienta, removemos para que se unan los sabores.
Cuando la pasta esté lista la escurrimos y la pasamos a la sartén, en la que la rehogaremos un poco con las setas y donde le agregaremos el queso parmesano, mejor si lo rayamos en el momento. Tendremos que corregir de sal y, si es necesario, pondremos un poquito más de aceite de oliva que dé sabor y que no deje que se apelmacen.


Una vez todo mezclado y caliente lo servimos en una fuente, espolvoreando por encima el perejil fresco picado. Con una pala para espaguettis repartiremos mejor a cada comensal la cantidad que quiera.

¡Buon appetito ragazzi!