sábado, 31 de marzo de 2012

Magret de pato con torta del casar y espárragos verdes


Cómo nos gusta los fines de semana sentarnos a la mesa con nuestros platos, nuestras dos copas de vino, una fuente de carne limpia y fileteada, y la plancha bien caliente. Disfrutamos de los filetitos recién hechos ya que el resto de días comemos en el trabajo por lo que es comida calentada que hemos preparado con anterioridad. ¡Tirando de "tuperguares" y congelador!


Por eso hemos escogido un magret de pato, carne que asociamos a ocasiones especiales, que es poco grasa y muy jugosa y queda magnífica sólo con un golpe de calor fuerte. Podríamos haber preparado una salsa de vino dulce tipo PX, o de frutas rojas pero nos hemos decantado por acompañarla de queso. ¡Es que la torta del casar está tan buena!
Para dos personas se han utilizado estos INGREDIENTES:
1 magret de pato,
1 manojo de espárragos verdes,
queso torta del casar,
sal gorda y
pimienta molida.


PREPARACIÓN:
Los espárragos verdes tenemos que lavarlos y cortarles unos centímetros de la base para quitarle así la parte más dura. Los reservamos.
El magret suele prepararse con su grasa pero a Tano no le hace mucha gracia y se la hemos cortado pero no la tiraremos, se trocea y se utilizarán más tarde. De la carne ya limpia se hacen filetes no muy finos para que después no queden duros.


Ya en la mesa y mientras os vais sentando colocamos y enchufamos la plancha tipo Princess a fuego medio-alto, sobre ella ponemos 3 ó 4 trozos de la grasa del pato y dejamos que el calor la vaya deshaciendo. Engrasamos toda la superficie de la plancha, disponemos en primer lugar los espárragos y echamos sal gorda por encima generosamente. Unos minutos más tarde ya podréis ir poniendo los filetes de pato.
Nos gusta hacerlos a fuego fuerte porque los deja dorados por fuera y poco hechos por dentro. En el momento de darles la vuelta para que se hagan por el otro lado es cuando les echamos la sal, una cucharada de queso que se fundirá con el calor y el golpe de pimienta.
Los trozos de grasa se irán consumiendo por lo que seguramente tendréis que poner alguno más, harán que tanto la verdura que elijáis como la carne no se sequen.


Cada cual pone su filetito cuando quiere, se pone la cantidad de queso que le apetece y se aparta espárragos cuando piensa que están en su punto. Eso es lo bueno de esta comida que, como ocurre con las fondue, cada comensal puede comer a su ritmo y aderezar su plato a gusto personal.
¡Por no hablar de que está todo recién hecho! Eso sí que es un lujo para nosotros.

miércoles, 28 de marzo de 2012

Torrijas


Azúcar y canela... ¡Vaya mezcla! Quedan bien juntas en una tarta, o sobre crepes dulces, o en cualquier magdalena, pero también como aderezo de la carne en una pastela marroquí. Esta vez nos van a endulzar unas torrijitas ya que Whole Kitchen, en su propuesta dulce para el mes de marzo nos ha invitado a preparar este clásico de la gastronomía española.


Como solemos hacer cuando queremos que un plato nos salga exquisito, hemos consultado a la familia, especialmente a mi súperabuela que nos ha explicado con pelos y señales esta recetita. Es como se hace en el pueblo pero con algún truquillo extra de generaciones todavía más antiguas.


Para preparar 8 torrijas hemos necesitado los siguientes INGREDIENTES:
8 rebanadas de pan para torrijas o de pan del día anterior,
3 partes de agua por una de manzanilla de Sanlúcar,
piel de medio limón,
2 huevos,
aceite de girasol,
azúcar,
canela molida.


PREPARACIÓN:
En un plato hondo preparamos la mezcla de agua y vino, en esta mezcla vamos remojando las rebanadas de pan sin prisas, dejándolas una pizquita para que empapen. Las vamos sacando y reservando en una fuente amplia en la que habremos colocado previamente papel absorbente y las tapamos con papel film un ratito para que suelten el líquido sobrante.


Mientras, preparamos una sartén con aceite de girasol a fuego lento con una cáscara de limón que aromatizará las torrijas. También tenemos que separar las claras de huevo de las yemas, batiendo las primeras hasta que lleguen al punto de nieve, y después mezclándolas con las yemas procurando hacerlo con suaves giros. Esto hará que queden más esponjosas.
Pasamos las rebanadas de pan por esta espuma de huevo, retiramos la piel del limón y las vamos echando en el aceite caliente hasta que se doren por ambos lados.


En otro plato hondo echamos azúcar bastante como para rebozar todas las rebanadas que vayan saliendo de la sartén, calculamos que unas 8 cucharadas, y le agregamos canela molida hasta que el azúcar tome un color tostado.
Cada rebanada es rebozada a conciencia en esta mezcla, sacudida con un par de golpecitos e introducida rápidamente en un recipiente que pueda cerrarse por completo (fiambrera, fuente de horno con tapa, etc.). Este paso es esencial para que las torrijas suden y el azúcar se disuelva con el calor residual que despiden nada más sacarlas de la sartén.

sábado, 24 de marzo de 2012

Pizza... ¿cuatro quesos?


Sabéis que nos encanta meter las manos en harinas, por eso cuando hacemos pizza solemos elaborar nosotros mismos la masa. Sin embargo, para los días que llegamos tarde o estamos más perezosos, compramos a veces pizza fresca de cuatro quesos y la tuneamos en casa.


Esta vez el "tunning" tenía un protagonista, unos huevos de doble yema que me ha regalado Matías, un compañero de trabajo. He de decir que del manjar que vais a ver no soy yo la artífice, ni siquiera la pinche de cocina, Tano se metió en la cocina y salió ya cuando el horno pitó indicando el final.


INGREDIENTES para dos personas:
una pizza fresca cuatro quesos,
4 cucharadas generosas de tomate frito casero,
1 cebolleta,
1 pimiento verde,
4 lonchas de fiambre de pavo,
queso emmental rallado,
3 ramas de orégano fresco,
2 huevos (o uno de doble yema),
aceite aromatizado con guindilla hecho en casa.


PREPARACIÓN:
Sobre la pizza extendemos con una cuchara el tomate frito, sobre él disponemos la cebolleta picada, el pimiento también picado y limpio y las lonchas de pavo cortadas a tiras.
Espolvoreamos el queso emmental por encima y metemos en el horno a 180º sobre una lámina de papel sulfurizado, en las rejillas no en la bandeja. Así se tostará también por debajo.
Mientras, separamos las claras de huevo de las yemas, reservando estas últimas. Cuando la pizza empieza a dorarse abrimos el horno y, con cuidado, echamos sobre ella las claras de huevo batidas. Cerramos el horno lo más rápidamente posible.


Cuando las claras ya se han cuajado entonces volvemos a abrir el horno, esta vez para colocar con cuidado las yemas (a nosotros se nos rompió una!!). Cuando lo cerréis apenas tendréis que esperar un par de minutos si las queréis líquidas, se calientan rápido.
Ya en la mesa y en el momento de servir, se le pone por encima unas gotas de aceite de guindilla que le da un pequeño golpe de fuerza y de sabor. Está tan bueno cuando mojas los bordes de la pizza... Si no os atrevéis siempre está la posibilidad de colocar la aceitera en la mesa y que cada comensal se ponga la cantidad de quiera.
Siempre es una gozada comerse un plato recién hecho pero si encima es un pan, un bizcocho o una pizza... ¡¡Mejor!! :-)

¡Gracias Matías!

Cupcakes de chocolate y Guinness


Hace unos días se me hizo un cóctel de ideas en el cerebro y fruto de todo eso salieron estos cupcakes. ¿Cómo? Os cuento: en primer lugar, mi hermano nos visitaba con su familia y le pirra la cerveza; en segundo lugar, tenía que preparar un postre y les gustan mucho las magdalenas; y en tercer lugar, en la TV había visto un programa de Dublín y salía la fábrica de cerveza Guinness...


Parecía claro que era esta receta la que teníamos que preparar. Consultamos la receta que Trotamundos publicó en su web Food and Cook de un bizcocho Guinness y, modificando algunas cantidades, hemos horneado estos estupendos y húmedos cupcakes. Son poco dulces así que son aptos para los no golosos, además el frosting hace que tengan un pequeño contrapunto saladito. ¡Mi familia los ha votado como los nº 2! El puesto de honor por el momento lo ocupan los cupcakes de terciopelo rojo.


Los INGREDIENTES para 12 unidades medianas han sido:
250 cc. de cerveza negra Guinness,
200 gr. de mantequilla,
75 gr. de cacao,
370 gr. de azúcar,
250 gr. de harina,
2 cucharaditas y media de bicarbonato,
2 huevos,
140 cc. de nata para montar,
1 cucharadita de estracto de vainilla.


PREPARACIÓN:
En un cazo calentamos la cerveza y, antes de que empiece a hervir, añadimos la mantequilla troceada para que se disuelva mejor. Cuando se haya disuelto por completo apartamos del fuego y reservamos.
En un cuenco amplio mezclamos con una cuchara todos los ingredientes secos y en otro los húmedos, mezclando y batiendo todo bien para que queden integrados adecuadamente.
A los húmedos añadimos la cerveza del cazo cuando ésta esté ya atemperada, y poco a poco los vamos agregando a los secos. Batimos con energía ayudándonos de varillas manuales para que quede una mezcla uniforme y sin grumos.
Si os queda una masa muy líquida no os asustéis, es así. Para disponerla en las cápsulas de papel hemos usado una jarrita, debido a su densidad no podíamos utilizar ni manga pastelera ni cucharón.


Las hemos introducido en el horno precalentado a 180º y han estado dentro unos 22-24 minutos, a ser una masa tan húmeda han tardado más de lo habitual en estar cocidos. Hemos esperado a que se enfríen en la rejilla y luego los hemos decorado. Para el FROSTING hemos necesitado:
6 cucharadas soperas aprox. de queso crema Philadelphia,
3-4 cucharadas aprox. de azúcar glas.
Las cantidades son relativas porque dependerá de lo dulce que os guste, a nosotros nos basta con quitarle el ácido al queso por lo que ponemos mucha menos cantidad de azúcar glas de lo que os pondrá cualquier receta que encontréis.
Bastará con batir bien, sólo necesitaréis una espátula o cuchillo de mantequilla para extenderlo sobre los bizcochitos y darle forma redondeada.


Si vais a intentar preparar esta masa en forma de bizcocho... ¡cuidado con el molde! Que sea de buena calidad porque este tipo de masa tan húmeda tiende a desmoldarse mal.


domingo, 18 de marzo de 2012

Clanchy's Cakes y el verdadero "buttercream"


Como sabéis, todo lo que en tema de cupcakes y repostería he aprendido hasta hoy ha sido a través de libros, videos tutoriales, blogs de los que aprendo y algún que otro consejillo casero. Así que me apunté con mi amiga Ainhoa a un curso acelerado de cupcakes y...¡fue ayer!
Lo impartía Diana, la propietaria de Clanchy's Cakes, una londinense afincada en nuestra ciudad desde hace muchos años y que se dedica profesionalmente a la cocina. Fue muy corto pero nos encantó la experiencia, porque ella es agradable, simpática, muy conocedora de lo que enseña pero sobre todo porque... ¡¡Por fin iba a enfrentarme al verdadero y puramente inglés "buttercream"!!


En algunas ocasiones ya he comentado aquí que la crema de mantequilla no me gustaba, que es muy dulce y no nos parece el acompañamiento perfecto para un buen bizcocho. Pero nunca había probado uno preparado por otra persona, ni mucho menos por una repostera de renombre como Diana. Ella puso en un cuenco grande los INGREDIENTES:
250 gr. de azúcar glas,
125 gr. de mantequilla a temperatura ambiente y
unas gotas de extracto de vainilla (un par de cucharaditas).


Comenzó removiendo con una cuchara para evitar la nube de azúcar que se levantaría si usaba desde el principio las varillas eléctricas, cuando hubo mezclado todo lo batió durante 10 minutos con las varillas. La crema cambió de color y se volvió esponjosa y liviana.
_"Y si hoy descubro que la buttercream me gusta...", pensé.
Al finalizar dividió la crema en 3 cuencos más pequeños, y los fue tiñendo con colorantes de distintos tipos, en polvo y en pasta. Luego los utilizaríamos para decorar nuestros cupcakes.


También hicimos una pequeña incursión en el mundo del fondant, algo que yo también tenía pendiente. Aprendimos a teñirlo, a usar el rodillo, las espátulas, los cortadores, el CMC, la purpurina y los texturizadores. Así pudimos hacer flores, hojas, mariposas, rosas...



Aquí estoy yo con mi poquito de fondant rojo, más parecido a la plastilina de lo que yo creía, y lista para hacer mi primera rosa. ¿Me saldrá o parecerá más bien una ensaimada? :-)


Nooooooooo!! No acabó siendo ensaimada sino rosa-rosa, no parece que la haya hecho yo, ¿verdad? Para ser la primera me sentí bastante orgullosa, orgullosísima diría yo.


Después de preparar buttercream y fondant llegó el momento de la decoración. ¡Ay que nerviosa me puse! A ver, qué le pongo, lo primero o lo segundo, ¿y si le echo springles?, ¿y si uso la manga pastelera de boquilla redonda? Uf, qué lío.
En mi primer cupcake mezclé buttercream de dos colores, extendí el verde con la espátula y para el rosa usé manga pastelera con boquilla dentada. Luego lo coroné con mi primera rosa, a la que pegué una hojita.


Para el cupcake de chocolate utilicé buttercream azul, manga pastelera y boquilla redonda, dispuse por encima diferentes flores y círculos de fondant.


Para el tercero usé buttercream de color verde, coloqué mucho y fui quitando el sobrante con la espátula. Siguiendo las indicaciones de Diana usé una cucharilla para realizar el hueco central y luego lo introduje boca abajo en el cuenco con los springles de colores. ¿Quedó muy alegre, no?


Y para el último dejé la crema de mantequilla de lado, cogí la manga pastelera del ganache de chocolate y puse una montaña chocolateada encima. Este ganache estaba buenísimo, una mezcla a partes iguales de chocolate 70% con nata líquida para montar. Otro día os contaré cómo prepararlo, lo prometo.


Y aquí tenéis la foto del corte de mi rosa-cupcake antes de ser comido por Tano, a quien el buttercream sigue sin gustarle. Y a mí tampoco, para seros sincera. Sé que es lo idóneo para decorar por su textura y su densidad, pero una vez más el sabor no nos convenció por ser dulce en exceso.
Aunque no quedan tan preciosas creo que nosotros seguiremos utilizando un buen frosting de queso crema y azúcar glas, o simplemente nata bien montada como opciones para decorar nuestras tartas.


Pues aquí os he dejado la crónica de una mañana muy repostera, seguramente volveremos a Clanchy's Cakes y seguiremos aprendiendo de Diana. El próximo taller... ¡el de macarons! ¡Me muero de ganas!

La habilidad del azor



The Animal's Guide to Britain es un programa magnífico inglés en el que estudian las especies típicas del Reino Unido, el presentador es el naturalista y fotógrafo Chris Packham. Ha trabajado para National Geografic, Discovery Channel y la BBC entre otros, siempre realizando trabajos relacionados con la vida salvaje.
Personalmente me gusta mucho cómo relata cada secuencia y es interesantísimo seguir sus labores de investigación sobre la fauna de su país. El video que os adjunto a continuación es un ejemplo, se trata de un video grabado en un estudio para así observar las increíbles dotes de caza del azor común.
Este animal es una de las rapaces más temibles debido precisamente a esa capacidad asombrosa para cazar, su potencia le permite apresar animales de tamaño medio a quiénes no les da tiempo a escapar. Al vivir en los bosques el azor ha desarrollado la habilidad de abrirse paso entre la maraña de ramas y hojas de los árboles y Chris en su programa ha sido capaz de ponerla a prueba y además, grabarlo.
No os lo perdáis, por favor, es verdaderamente sorprendente.

jueves, 15 de marzo de 2012

Clásico bizcocho ácido de limón


Creo que de entre todos los bizcochos, tartas, magdalenas, cupcakes, muffins y demás pastelitos, el que más rápido se hace, menos cacharros ensucia, ingredientes más comunes tiene y más no gusta es éste. ¡Y Tano se come la mitad él solo! Menos mal que luego juega tantos partidos de fútbol a la semana como trozos de bizcocho se zampa que si no...


Como ocurre con otras recetas nosotros ésta la hemos hecho con la Thermomix, pero os contaremos el método tradicional para que podáis prepararla todos. Si alguien quisiera saber cómo se hace con la megamachine sólo tiene que decírnoslo, ¿vale? Los INGREDIENTES son:
1 limón pequeño entero y lavado, a ser posible de agricultura ecológica,
250 gr. de azúcar blanca,
10 gr. de azúcar moreno,
1 yogur natural azucarado tipo griego,
3 huevos,
90 gr. de acete de girasol suave,
250 gr. de harina,
1 sobre de levadura,
un pellizco de sal.


PREPARACIÓN:
Rallamos todo el limón y lo exprimimos, tanto las virutas como el zumo los echamos en un cuenco amplio y les añadimos el azúcar y los huevos. Batimos con las varillas eléctricas unos 3 minutos. Si no queréis que el bizcocho sea tan ácido no rayéis el limón entero y agregad sólo las 3/4 partes de su zumo.
Después agregamos el yogur y el aceite, volvemos a batir durante unos segundos. Por último echamos la harina sin tamizar, la levadura y la sal y batimos nuevamente hasta que todo se unifique. Este paso final podéis hacerlo con las varillas manuales si lo preferís.


Sobre un molde rectangular poco profundo colocamos papel sulfurizado y sobre él disponemos la masa, le damos un par de golpes suaves contra la encimera de la cocina para que las burbujas suban a la superficie y encima espolvoreamos azúcar blanca al gusto. Así quedará una costra crujiente después y todo el mundo se peleará por ella :-)


Se hornea a 180º unos 25 minutos aproximadamente, luego sólo habrá que tirar del papel hacia arriba hasta que se salga del molde, despegar el bizcocho sin mucho cuidado porque se retira con facilidad y presentarlo. Tiene un sabor tan agradable y fresco que no tendréis que acompañarlo de nada, el cuerpo no os pedirá ni agua... Sólo más bizcocho... jejejejeje.
Por cierto, ¿bonitas nuestras margaritas moradas, verdad? No recuerdo el nombre técnico... ¿Cómo era....? Bueno no sé, pero continuamos encantados con las primeras floraciones y seguiremos fotografiando nuestras plantas!

sábado, 10 de marzo de 2012

Mientras haya en el mundo primavera...


Ya lo decía Bécquer, "...mientras haya en el mundo primavera, ¡habrá poesía!" Y benditas las mañanas de sábado que nos dejan disfrutar de ella. Y es que, aunque aún no ha entrado oficialmente, parece que a esta casa haya llegado ya.


Cuando nos hemos despertado hoy y hemos podido por fin salir al jardin todavía en pijama nos hemos dado cuenta que, a la vez que nos despertábamos nosotros, también estaba despertándose la primavera. Muchas de nuestras plantas ya están floreciendo y da gusto sentarse junto al ave del paraíso presumiendo de su impresionante flor naranja y azul, ¿parece que la han dibujado, verdad? Y hay otras dos por florecer.
También es un placer estar bajo del almendro, entero cuajado de pequeñas flores blancas y rosas y empezando a resurgir de brotes verdes. Ya el año pasado colgué en el blog una foto suya, aquí, y es que nos da muchos motivos para presumir de él.


¡Hasta ha nacido una pequeña flor en la entrada! Y ha sido una sorpresa porque no la hemos plantado nosotros, será que está cómoda en casa ¿no? Qué suerte la nuestra...

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!
(Rima IV, Gustavo Adolfo Bécquer)


martes, 6 de marzo de 2012

Cupcakes de moka


Un gallifante para la persona que descubrió el café. Cuando me levanto por las mañanas voy con los ojos cerrados a la cafetera y, antes de ponerme las zapatillas, ya tengo un café bien calentito en las manos para empezar a espabilarme. Puedo pasar sin comer nada en el desayuno pero el cafelito no lo perdono, aunque tengo que tener cuidado con la cafeína porque si me paso me entra un nervio...
A Tano no le gusta el sabor del café pero sí su olor, que es el que le despierta a él cuando me paseo por la casa con mi taza humeante a eso de la 6 de la manaña. Por eso hasta ahora no había preparado ninguna receta con café.


Sin embargo se me ocurrió que quizás si combinaba café con chocolate en una receta le gustaría. Quería probar con estos cupcakes pero no sé si le dará tiempo a probarlos, son para los compañeros del trabajo y ellos sí que están enganchados al café. ¡Para saber si están buenos o no tendré que preguntarles a ellos!
Los INGREDIENTES  que he utlizado para 8 cupcakes pequeños son:
1 huevo pequeño,
50 gr. de mantequilla en punto de pomada,
30 gr. de azúcar blanco,
30 gr. de azúcar moreno,
55 cc. de café solo,
una pizca de esencia de vainilla,
80 gr. de harina,
20 gr. de acao sin azúcar,
1 cucharadita de levadura,
una pizca de bicarbonato,
una pizca de sal,
50 cc. de buttermilk (mejor prepararla en casa, no comprarla, para eso mecesitamos leche y un chorro de vinagre).
Para el frosting:
8 cucharadas de queso crema Philadelphia,
5 cucharadas aprox. de azúcar glas,
cacao en polvo para decorar.


PREPARACIÓN:
Comenzamos preparando la buttermilk y para eso en un recipiente echamos los 50 cc. de leche y ponemos un buen chorro de cualquier tipo de vinagre (con balsámico no he probado, los restantes sí sé que sirven), reservamos unos 10 minutos mientras se corta la mezcla.
Por otro lado, en otro recipiente más grande batimos con la varillas eléctricas a velocidad muy baja la mantequilla en pomada con los dos azúcares hasta que se convierta en una crema. Añadimos el huevo, la esencia de vainilla y el café, volvemos a batir.
En un cuenco aparte mezclamos todos los ingredientes secos bien tamizados, la harina, la levadura, el cacao y el bicarbonato. En 3 golpes los vamos adjuntando a la mezcla anterior y vamos removiendo con las varillas manuales, pero antes de agregar la última parte echamos la buttermilk que ya estará lista. A primera vista la leche cortada no se antoja un ingrediente muy agradable pero a pesar de esto no os podéis imaginar la textura y humedad que confiere a cualquier masa.


Cuando todos los ingredientes estén mezclados disponemos la cremosísima masa resultante en las cápsulas de papel, las mías en esta ocasión son de la marca Dr. Oetker que hasta el día de hoy han sido con mucha diferencia las mejores que he usado. Son rígidas, no se han despegado del bizcocho y no se engrasan por lo que mantienen el dibujo perfecto hasta después del horneado.
Nuestros cupcakes han estado 17 minutos a 175º y después los he colocado en la rejilla otros tantos para que se enfríen. En este tiempo he preparado el frosting, batiendo el queso con el azúcar hasta que se han unificado.


Con una espátula pequeña extendemos el frosting realizando giros sobre los bizcochitos para luego espolvorear por encima el cacao, he puesto poquito porque tienen que sobrevivir al viaje desde mi casa hasta el trabajo. Mañana temprano tendré el veredicto de mis compañeros sobre la mesa, espero que les gusten tanto como a mí habérselos preparado. Prometo contaros cómo ha ido ;-)

III Exposición Fotografía "Obturaciones"


El pasado 17 de noviembre os comentamos que desde el blog amigo Pienso luego me obturo realizaban un concurso de fotografía acerca del lado humano de las personas. Pues bien, este concurso ya ha finalizado y este sábado día 10 de marzo podremos disfrutar de la magnífica exposición de todas las participantes, incluidas por supuesto las ganadoras.
Será a partir de las 13,00 en la sede de la Asociación Marafiki, en C/ Virgen de la Cinta nº39, en Sevilla. Si os encontráis cerca y os apetece un plan diferente para una mediodía de sábado no os lo podéis perder, además por un precio simbólico podréis volver a casa con el estómago lleno. Lo recaudado se donará a esta asociación de hermanos y amigos de personas con discapacidad.
¡Os esperan!

viernes, 2 de marzo de 2012

Solomillo Wellington


Si es que casi todo, por no decir todo, lo que lleva hojaldre nos gusta y nos dan ganas de preparar recetas con él continuamente. Por eso ésta ya estaba retrasándose demasiado, hacía ya mucho que queríamos cocinar este solomillo.
Lo probé en casa de unos amigos por primera vez hace unos años y me resultó buenísimo, después lo vi en El Rincón de Bea y ya no hubo excusas, había que intentarlo.


Lo preparamos hace unos días y en la mesa sólo se oía el ruido de los cubiertos dando en el plato y sonidos como "mmmm..." o "aaammm...", seguidos de silencios. ¡Si es que estaba realmente bueno! Mientras lo comíamos me preguntaba el por qué se llama Wellington a esta manera de cocinar la carne así que cuando terminamos me puse a investigar un poco.
Al parecer es el Duque de Wellington, militar y político británico, quien da nombre a este plato, con el que gustaba celebrar las victorias de sus batallas, la más famosa de ellas la de Waterloo en 1815 donde venció a Napoleón. Le gustaba la carne cocinada con distintas masas y ésta fue su preferida, se la preparaban con foie grass, vino de Madeira, trufas y setas, ¡anda que era tonto el duque! :-)


Obviamente nosotros hemos elaborado tan sólo una aproximación de lo que degustaba el ilustre Duque utilizando los siguientes INGREDIENTES:
1 solomillo de cerdo entero y limpio,
1 placa de hojaldre,
1 cebolla,
2 dientes de ajo,
300 gr. de setas y champiñones surtidos,
80 gr. de paté,
100 cc. de leche ideal,
un chorrito de vino dulce de Jerez,
sal y pimienta,
un huevo batido.

PREPARACIÓN:
En una sartén marcamos el solomillo hasta dorarlo por todas partes, así los jugos quedarán dentro, salpimentamos y reservamos. En otra sartén pochamos la cebolla y el ajo picados con un par de cucharadas de aceite de oliva, cuando estén listos reservamos también y en la misma sartén doramos el surtido de setas enteras.
Después les añadimos la cebolla y ajos pochados, el paté, el vinito y la leche ideal, removemos bien hasta que el paté se haya disuelto. Dejamos a fuego muy bajo unos minutos para que los sabores se unifiquen y el alcohol se evapore pero luego apagamos el fuego y dejamos enfriar completamente.



Cuando la carne y la salsa estén fríos precalentamos el horno a 200º y empezamos el montaje: en una superficie plana extendemos el hojaldre, en el centro disponemos la mitad de la salsa, encima colocamos el solomillo salpimentado, por encima volvemos a poner salsa y con mucho cuidado cerramos el hojaldre sellando los bordes con pequeños giros o pellizcando la masa. Si os sobra algo podéis utilizarla para adornar el paquete, quedará más bonito.
Por último pincelamos toda la superficie con el huevo batido y horneamos durante unos 35-40 minutos si vuestro solomillo es grandote como el nuestro, si es de los pequeños con unos 25-30 será suficiente para que esté hecho pero jugoso.
¡Un brindis por el cocinero de Mr. Wellington!